jueves 14 de marzo de 2024

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"Acá, fundida": la historia de la emprendedora que tuvo que cerrar su local

A través de un tuit comunicó el cierre definitivo de su comercio, el cual no pudo seguir manteniendo después de dos meses de inactividad por la pandemia del coronavirus

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María Bianchi había comprado en 2017 la boutique donde antes trabajó como empleada y días atrás comunicó a través de las redes sociales el cierre definitivo del comercio. La mujer había invertido ahorros y con ayuda de su familia pudo concretar el anhelo de tener su local de ropa, sin embargo por el golpe de la pandemia del coronavirus no lo pudo sostener.

“Acá cerrando mi negocio. Acá desarmando años de trabajo. Acá fundida”, dice el tuit de la emprendedora de 34 años que se viralizó. Después de cuatro años de empeño y esfuerzo, su local en Recoleta no sobrevivió a las consecuencias económicas de la cuarentena.

Además, compartió una foto que se sacó en el espejo del comercio y escribió: “En carne propia. Nadie me la contó. Nadie me inventó nada”. En la selfie también se ven bolsas repletas de mercadería que no pudo vender. “Saqué la foto embroncada, sinceramente fue un momento horrible”, confesó.

tuit emprendedora.jp

La licenciada en ciencias de la comunicación vivía en Tucumán y se mudó a Buenos Aires en 2015, cuando empezó a trabajar en la boutique Carmelia. “Empecé como vendedora, teníamos ropa femenina multimarca de estilo clásico y atemporal. Los dos primeros años le fue bien en ventas, y por eso le propuse a la dueña comprarlo. Invertí dos mil dólares. En 2017 era propio. Estaba feliz”, le contó a Infobae.

“En las buenas épocas llegué a alcanzar 130.000 pesos de ganancias, me quedaban 70.000 pesos para vivir; con eso pagaba mi alquiler, y mis gastos personales”, reveló.

En la devaluación económica en junio de 2019 generó una baja en las ventas: “Con el tiempo se volvió insostenible. No entraba plata, y si no hay plata en un barrio como este dónde habrá”, se preguntó.

A fines de febrero de este año tomó la decisión de venderlo. “Lo puse a la venta, y con mucho esfuerzo conseguí un comprador. La transferencia estaba lista para hacerse la segunda semana de marzo….”. Sin embargo con la cuarentena “el comprador desistió por obvias razones”. “Me dijo: no voy a poner plata en algo que no voy a poder abrir. Es lógico. Igualmente quise mantenerlo, pero después de dos meses de espera sin trabajar, fue imposible. Está todo el país igual. Nadie va a venir a comprarse ropa en un contexto así”, agregó.

María decidió pedir un crédito, se lo otorgaron y con eso vivió estos largos 70 días. “Me mudé a lo de mi padre (que vive en Buenos Aires), y desarmé todo el local para achicar cualquier tipo de gastos. Vendo algunos muebles, y ahora me queda vender la ropa que lo haré a través de Instagram”, agregó.

Por otro lado, contó que el 30 de mayo va ir a la movilización convocada en Plaza de Mayo con el reclamo de ”cuarentena inteligente”. “Es anticonstitucional no dejar a los argentinos circular por las calles, ni trabajar. Yo no tengo hijos, soy soltera, tengo ciertas ventajas en relación a otras personas que pueden estar pasándola peor, pero si no consigo trabajo no descarto irme del país”, consideró.

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