miércoles 27 de marzo de 2024

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Charly García

Charly García, patrimonio cultural argentino

El cantante cumple 70 años y todo el país lo celebra. De sus comienzos con Sui Generis a su carrera como solista, la trayectoria de un ícono del rock nacional.

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Carlos Alberto García Moreno nació el 23 de octubre de 1951 en Buenos Aires. Niño prodigio, a los dos años aprendió a tocar la cítara de oído. A los 4 empezó a estudiar piano, a los 12 se recibió de profesor, y, su gran virtud natural, el oído absoluto. Con esta particularidad, que viene genéticamente dada y que pocas personas en el mundo lo tienen, Charly podía reconocer una nota con solo escucharla.

Ese niño fue creciendo y en la secundaria conoció a otro niño, llamado Nito Mestre. Juntos conformarían una de las bandas más icónicas del rock nacional, Sui Generis. Con su estilo de folk-rock, una generación de jóvenes se sentía identificada e interpelada por la música que hacían. Sui hablaba de los conflictos que atravesaban los jóvenes, sus desafíos, ideales y utopías. Clásicos como Confesiones de Invierno, Aprendizaje, Bienvenidos al Tren, Rasguña las piedras, Canción para mi muerte, marcaron a una generación.

Para Charly vendría luego el rock más progresivo de La Máquina de Hacer Pájaros, que duró poco pero tuvo un peso significativo en la coyuntura de entonces. Con la nueva banda, Charly y compañía denunciaban la censura de la dictadura argentina. Se terminó pronto, aunque el cantante siguió camino.

Serú Girán se erigió como una de los grupos más importantes de la historia del rock argentino. Quizá, como el mejor de todos. Pedro Aznar, Oscar Moro y David Lebón conformaron un “Dream Team” que enamoró al público. En un comienzo fueron muy resistidos por la prensa, su música no gustaba. Pero lo que vendría después sería historia: Seminare, Desarma y Sangra, Peperina, Cinema Verité, Canción de Alicia en el País. Hit tras hit.

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Charly era, ante todo, un contador de historias, un narrador. Un analista de la sociedad, un sociólogo que percibía su entorno y luego lo plasmaba en canciones. Entendía muy bien las distintas etapas por las que atravesaba el país. Medía de forma muy clara la temperatura popuar. Era agudo para entender la coyuntura actual y, con ella, hacer música.

Ese compromiso social fue el que también volcó cuando los tiempos en Argentina se endurecieron. El gobierno militar también tuvo a Charly como protagonista de una música que denunciaba la censura y represión. La mencionada Canción de Alicia en el País o Los Dinosaurios son algunos de los gritos de libertad que García volvió canción.

La década del ’80 ya encontró a un músico solista. Atrás habían quedado Sui, Serú, La Máquina y hasta el fugaz PorSuiGieco. Charly se volcaba a su carrera personal. Mal no le fue. Inconsciente colectivo, Demoliendo Hoteles, Nos siguen pegando abajo, De mí y tantas otras. Su discografía es inabarcable.

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En realidad, todo él es inabarcable. Porque hablar de su carrera no es solo hablar de su composición artística, que fue extensísima, sino también de su carácter, su personalidad. Del personaje “Charly García”. Histriónico, extravagante, excesivo. Un personaje que potenció su costado más complejo e incontrolable en la década del 2000. De sus problemas con la prensa, su salto a la pileta desde un noveno piso y su adicción a las drogas, de todo eso también logró resucitar.

“Él me salvó”, dijo sobre Palito Ortega, cuando éste lo recibió en su casa luego de que García estuviera internado en un neuropsiquiátrico. Volvió a hacer música, aunque no con esa mente brillante que cautivó a generaciones. Pero volvió. Y continúa vigente. Porque su música es patrimonio cultural del país.

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