Según un estudio que realizó el Centro de Estudios de la Nueva Economía, de la Universidad de Belgrano, la posible dolarización de la economía nacional, es decir que el dólar sea la moneda oficial, sería directamente negativa.
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SUSCRIBITESegún un estudio que realizó el Centro de Estudios de la Nueva Economía, de la Universidad de Belgrano, la posible dolarización de la economía nacional, es decir que el dólar sea la moneda oficial, sería directamente negativa.
El Centro de Estudios realizó el informe luego de que, meses atrás, el diputado radical Alejandro Cacace propusiera adoptar el dólar como moneda de curso legal. Una propuesta que el legislador opositor había elevado formalmente, en calidad de proyecto, a la Cámara Baja, y que también había avalado otro legislador, el libertario Javier Milei.
De acuerdo el área de la Universidad de Belgrano que llevó adelante el estudio, sostiene como premisa fundamental que para cambiar todos los pesos en circulación por dólares, el país debería contar con un total de u$s18 millones en reservas, lo que implicaría que Argentina deba salir a tomar deuda.
El espacio de la UB, dirigido por el economista Víctor Veker, señala que la base monetaria actual es de alrededor de 3,7 billones de pesos. A eso se suma las reservas de libre disponibilidad, estimadas en torno en los 6000 millones de dólares. Por tanto, dice el informe, el canje de pesos a divisas estadounidenses "debería efectuarse a cerca de $620 por dólar". "Quien cobra hoy un sueldo de $100.000 pasaría a percibir 160 dólares″, detalla.
Entre otras consecuencias que marca el Centro de Estudios, advierte que el Estado solo podría financiar un eventual déficit a través de la emisión de "títulos en dólares". En ese caso, explica, el Banco Central no tendría la posibilidad de emitir pesos ni dólares. "El nivel del gasto público estaría condicionado a la capacidad de endeudamiento del fisco", sentencia.
El informe señala como aspecto positivo que la tasa de interés “bajará significativamente al desaparecer el riesgo de devaluación”. No obstante, subrayan, que “no desaparecerá el riego país”. “El diferencial entre la tasa local y la internacional se irá achicando, en la medida que el ingreso de capitales incremente la oferta local de fondos, pero no se eliminará”, explican.
La desaparición del rol del Banco Central como prestamista de última instancia, al no tener injerencia en la emisión de moneda, colocaría al país en una situación difícil en caso de una crisis económica. En caso de asistencia, resaltan, ese papel “solo podría ser cumplido por el FMI o la Reserva Federal”.