jueves 28 de marzo de 2024

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El sueño del pibe

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la madre extrañada dejo el piletón

y el pibe le dijo riendo y llorando:

"El club me ha mandado hoy la citación"

Tocaba la orquesta del Maestro Osvaldo Pugliese, en la letra de Reinaldo Yiso, un tango que repercute hasta el día de hoy. ¿Quién de chico no ha tenido el anhelo de alcanzar la elite, sea fútbol, básquet u otro deporte?... Todos. De pibes nos preparamos, entrenamos, nos auto exigimos para lograr los objetivos. Tratamos de alcanzar lo imposible. Un lugar guardado para unos pocos. Porque esos pocos, son los tocados con la varita mágica. Los que tienen convicciones y fortaleza. Los que no abandonan a mitad de camino. Los que aguantan las presiones. Los que se bancan las indicaciones fuera del partido.

Pero ese sueño, es ¿propio o a veces de los padres? Uno se pregunta esto, porque observa cómo los padres en muchas ocasiones generan presión sobre los hijos para que estos puedan alcanzar sus propias frustraciones. Es decir, cómo ellos no pudieron triunfar, los exigen, les gritan y hasta los hacen sacrificarse más de lo debido para ver si llegan.

Las frases más populares que se escuchan en las canchas infantiles: “Vení, movete, corré para allá”; “No ves que no servís para nada”; “Tenés que jugar así” y “Vos no le hagas caso a tu entrenador, sino a mí, que soy tu papá”. El problema es que el deporte y el éxito no suelen ser homónimos. La perseverancia es algo fundamental y el triunfalismo, en muchas ocasiones, algo efímero. Por eso, como reflexión: señores padres dejen que los pibes disfruten, no los agobien con tantas indicaciones, no quieran ser más que los propios entrenadores y no busquen calmar sus frustraciones con sus hijos. Ellos serán lo que quieran, por sobre todo felices.El sueño del pibe, un lugar de pocos.

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