Sábado, 4 de la madrugada. En la esquina de Yrigoyen y Falucho, el agente de Tránsito le hace señas al conductor para que detenga la marcha de su camioneta 4x4 último modelo. El automovilista baja la ventanilla, sopla una pipeta y recibe la peor noticia: el test de alcoholemia le acaba de dar positivo -0,6-. El control transcurre con normalidad hasta que alguien lo reconoce: al volante de la camioneta está el jugador de Boca Mariano Echeverría.
La noche del defensor marplatense del equipo de Arruabarrena había comenzado en un bar de la zona de Yrigoyen. Después de tomar algo en el pub, se subió a su camioneta y sólo alcanzó a hacer un par de cuadras hasta la zona de la plaza Mitre, donde estaba el control de alcoholemia. A Echeverría le secuestraron la camioneta y deberá pagar una multa en el juzgado de Faltas para recuperar el vehículo. El test le dio 0,6, cuando el límite máximo permitido es de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre.
El jugador no seguirá en Boca y, pese a que su nombre sonaba para Aldosivi, ya tiene todo acordado para llegar a Tigre como refuerzo.