Un dolorcito en el pecho alcanzó para generar preocupación y, sin dudarlo, concurrir a una guardia médica para un control que acabe con la preocupación. La estadía de Guillermo Cóppola en Mar del Plata se alteró por este sobresalto en su salud y preocupó a sus más cercanos cuando le dijeron que debía quedar internado.
En la Clínica Colón lo atendieron, le hicieron primeros estudios y, frente a las síntomas y dudas sobre su evolución, decidieron ponerle a disposición una habitación para que permanezca lo necesario hasta conocer con precisión cuál era el origen de su malestar.
“Fue un dolor fuerte en el pecho”, se consignó a primera hora, apenas trascendió que había decidido suspender todas sus actividades para dedicarse a resolver este cuadro que tanto lo preocupaba.
Cóppola tiene 73, siempre ha sido muy vital y ostenta llevar adelante una vida sana. Al menos eso comparte con sus amistades, que se inquietaron ante el trascendido periodístico de su internación.
Él mismo, horas después y con la certeza de tener un diagnóstico, se encargó de llevar tranquilidad desde los medios, que son parte de su hábitat natural como personaje público. "Hay un viejo dicho que dice 'hierba mala nunca muere'.”, bromeó antes de contar que se levantó con un “dolorcito bajo la tetilla derecha” que no descartó que fuera muscular.
Aún con esa novedad fue al gimnasio, como todos los días, pero frente a la continuidad de la molestia decidió consultar a un médico.
“Me hicieron de todo”, reconoció antes de enumerar que en unas pocas horas pasó por tres electocardiogramas, una tomografía y análisis varios. “Afortunadamente está todo bien. Y ahora recién me acaban de dar el alta", confirmó.