La región latinoamericana debate constantemente sus disidencias políticas y enfrenta, como bloque ideológico, serias controversias internas al remarcar rotundamente las diferencias que los países presentan. Lo que sucede es que Colombia celebró el pasado domingo un histórico balotaje en el que triunfó la izquierda de la mano del candidato Gustavo Petro, que será el nuevo presidente del país cafetero.
El partido Pacto Histórico, que comparte con Francia Márquez, obtuvo una ajustada victoria con el 50.46% de los votos, que significan unas 11.278.437 personas. Con esta cifra, Petro es el presidente más votado en la historia de Colombia. Rodolfo Hernández, su rival, consiguió el 47.29% de los sufragios, unas 10.569.258 personas.
Se estima que participó el 57.88% del padrón electoral. Aunque no parece una cifra muy grande y puede verse un alto nivel de no participación, se trata de una tasa de voto considerablemente alta para Colombia. De hecho, es un 3% más que en la primera vuelta.
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Gustavo Petro, el nuevo presidente de Colombia
"Que festeje la primera victoria popular. Que tantos sufrimientos se amortigüen en la alegría que hoy inunda el corazón de la Patria. Esta victoria para Dios y para el Pueblo y su historia. Hoy es el día de las calles y las plazas", publicó Petro en su cuenta de Twitter luego de darse a conocer su victoria.
Hernández aseguró que luego de conocer los resultados oficiales, se comunicó con el presidente electo "para felicitarlo por el triunfo y ofrecerle" su "apoyo para cumplir con las promesas de cambio por las que Colombia votó hoy". "Colombia siempre va a contar conmigo", señaló.
La tradición derechista de Colombia se rompe de esta manera con el ascenso de Gustavo Petro a la presidencia, un economista de 62 años que fue senador, alcalde de Bogotá y perteneció a la desmovilizada guerrilla del M-19.
Durante su campaña prefirió presentarse a sí mismo como "progresista" más que como "izquierdista" para evitar que su nombre sea asociado con las guerrillas marxistas que protagonizaron conflictos armados durante casi sesenta años en Colombia.
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Gustavo Petro, presidente de electo de Colombia, junto a Francia Márquez, vicepresidenta electa.
Petro propone una ideología de ruptura con la Colombia habitual y pregona la protección social y ambiental. Una de sus principales propuestas es frenar la exploración petrolera, cuyo comercio representa un 4% del PBI y empezar una "transición" hacia energías limpias.
De la misma manera, considera que el volumen del Estado colombiano debe ser más amplio y propone el cobro de más impuestos a los ricos.
"Le manifesté el respaldo para una transición transparente y eficaz", aseguró el actual presidente, Iván Duque, en su cuenta de Twitter.
Toma de mando
El día en que Petro reemplazará a Iván Duque será el próximo 7 de agosto. A partir de esa fecha tendrá que enfrentar el desafío de unir a una Colombia fuertemente dividida, algo que ha quedado en claro en los comicios.
Pero también tendrá que impulsar reformas de índole social y económica para mejorar la situación de inequidad y pobreza que azota al país, y con marcado énfasis en algunas regiones. La inseguridad en las calles y la violencia en zonas rurales, donde trabajan grupos armados ilegales vinculados al narcotráfico, son otros de los puntos que debe atacar durante su mandato.
Al mismo tiempo ha prometido transformar el sistema de salud y de pensiones. "El país necesita justicia social para poder construirse en paz", aseguró, aclarando que con eso se refiere a conseguir "menos pobreza, menos hambre, menos desigualad, más derechos". "Si no se hace eso la violencia se profundiza", sostiene Gustavo Petro.