La discusión sobre la interrupción voluntaria del embarazo, es decir, el aborto, en Estados Unidos, lejos está de terminarse, a pesar de que una ley federal estableció su legalidad en el año 1973. Tras una nueva polémica al interior de la Corte Suprema de Justicia, muchos estados conservadores, bajo la gobernación de autoridades republicanas, el estado de Oklahoma prohíbe el aborto desde el momento de la fecundación.
Kevin Stitt, gobernador de Oklahoma, convirtió al estado en el más restrictivo de todo el país en cuanto al aborto. La ley fue aprobada el viernes pasado y firmada el pasado miércoles por Stitt y contempla tres excepciones a sus restricciones: que la vida de la mujer esté en riesgo durante el embarazo, que se trate de una violación o que se trate de un incesto. Los últimos dos casos tienen que estar acompañados de una denuncia policial.
Según recogió CNN, aunque en un momento se había diagramado la posibilidad, la medida aún no restringe el uso de formas anticonceptivas que eviten que el óvulo fertilizado se implante en el útero, como la pastilla del día después.
“Desde el momento en que la vida comienza en la concepción es cuando tenemos la responsabilidad como seres humanos de hacer todo lo posible para proteger la vida de ese bebé y la vida de la madre”, dijo el mandatario estatal a través de su cuenta de Twitter.
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Oklahoma es el estado más restrictivo en cuanto al aborto en Estados Unidos.
"Eso es lo que yo creo y eso es lo que cree la mayoría de los habitantes de Oklahoma. Si otros estados quieren aprobar leyes diferentes, es su derecho, pero en Oklahoma siempre defenderemos la vida", agregó, en relación al texto filtrado de la Corte Suprema que señalaba la necesidad de permitir a cada estado legislar de manera autónoma sobre esta cuestión.
Además señaló su inquebrantable compromiso con la política "pro-vida" desde su puesto en la gobernación. "Prometí a los habitantes de Oklahoma que, como gobernador, firmaría cada parte de la legislación pro-vida que llegara a mi escritorio y estoy orgulloso de cumplir esa promesa", destacó.
I promised Oklahomans that as governor I would sign every piece of pro-life legislation that came across my desk and I am proud to keep that promise. (1/3) pic.twitter.com/vQJdwkDJZN
La nueva ley contempla medidas que buscan castigar a los proveedores de los servicios de aborto, que puede incluir demandas de parte de ciudadanos privados y penas de prisión.
Así, Oklahoma acompaña a Texas con una legislación similar a la que el estado gobernado por Greg Abbott había aprobado en septiembre del año pasado para sumarse a los estados republicanos que restringen o prohíben casi en su totalidad la práctica del aborto.
La Casa Blanca criticó que la ley contemple que "los ciudadanos particulares demanden a sus vecinos por prestar servicios de salud reproductiva y ayudar a las mujeres a ejercer sus derechos constitucionales". “Están empezando con los derechos reproductivos, pero el pueblo estadounidense debe saber que otros derechos fundamentales, incluyendo el derecho a la anticoncepción y la igualdad matrimonial, están en riesgo”, agregó en un comunicado la presidencia.