Tras doce meses consecutivos de caídas, la tasa de inflación en Estados Unidos subió dos décimas en julio y se situó en el 3,2%, en un momento marcado por la estrecha vigilancia de los precios por parte de la Reserva Federal.
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SUSCRIBITETras doce meses consecutivos de caídas, la tasa de inflación en Estados Unidos subió dos décimas en julio y se situó en el 3,2%, en un momento marcado por la estrecha vigilancia de los precios por parte de la Reserva Federal.
Según indicó la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés), en términos mensuales, los precios de consumo subieron un 0,2% con respecto al mes de junio, mientras que en términos interanuales la inflación subió un 3,2% con respecto al mismo mes del año anterior. La subida de dos décimas en términos interanuales se conoce después de que en junio el indicador se situara en el 3%, su nivel más bajo desde antes de la pandemia.
La tasa anual de la inflación subyacente, que mide la subida de precios sin contar ni la energía ni los alimentos y es uno de los indicadores en los que más se fija la Fed para tomar sus decisiones, bajó ligeramente, una décima, y se colocó en julio en el 4,7 %.
Hasta julio, la inflación estadounidense había bajado durante 12 meses consecutivos desde que en junio de 2022 batiera su récord de los últimos 40 años al colocarse en el 9,1 %. Para tratar de controlar los precios, la Reserva Federal comenzó en marzo del año pasado a subir los tipos de interés, que hoy se sitúan entre el 5,25 % y el 5,5 %, su máximo nivel desde 2001.
En el último anuncio hecho hace dos semanas el presidente de la Fed, Jerome Powell, consideró que todavía “tomará tiempo” ver los efectos de la política monetaria del banco central, “especialmente sobre la inflación”, que todavía tardará meses en volver al deseado 2 %.
En este contexto, la BLS señaló que los precios de la energía han caído en un año el 12,5 %, mientras que los alimentos subieron en ese tiempo el 4,9 %.
El encarecimiento de los precios relativos a la vivienda fue el que más contribuyó al aumento mensual de todos los precios y representó más del 90 % de dicha subida.
En términos mensuales, los precios de los alimentos subieron un 0,2 % en julio, y los de la energía un 0,1 % y la inflación subyacente se elevó dos décimas.
“Aunque la inflación sigue muy por encima del objetivo, y la variación anual del IPC general repuntó en julio, los precios subyacentes se mueven en la dirección correcta”, declaró Rubeela Farooqi, economista jefe para EE.UU. de High Frequency Economics. Farooqi añadió que las cifras de julio serán “una buena noticia para los responsables políticos”, que tienen un objetivo a largo plazo del dos por ciento. Pero el ritmo actual sigue apoyando el mantenimiento de una política monetaria restrictiva durante algún tiempo para que los precios vuelvan a bajar, dijo.
El dato del IPC “no implica misión cumplida para la Fed”, añadió Ryan Sweet, economista jefe para EE.UU. de Oxford Economics. “Aún así, esperamos que la Fed se salte las subidas de tipos en septiembre y noviembre, cuando la inflación debería haberse desacelerado aún más”, dijo en una nota. Sweet también comentó que es improbable que el banco central recorte los tipos de interés hasta principios del año que viene para asegurarse de que gana la batalla de la inflación.