La postal de la banquina del Puerto sigue siendo pintoresca. Aunque, hace algunas décadas, además de un atractivo turístico era un lugar de trabajo intenso para los pescadores artesanales y sus industrias derivadas. En un futuro cercano, podría dejar de existir: las lanchitas amarillas tienden a desaparecer, casi ya sin resistencia.
Es que la flota costera acelera su proceso de desaparición. De las 250 embarcaciones en la época de esplendor quedan sólo menos de 30. Cada lancha ocupa y genera unos 80 puestos de trabajo.
Para pescar, se alejan hasta 15 millas de la costa y vuelven en el día. Así lo revela Esteban "Pingüino” Pennisi, un pescador artesanal, en el informe especial realizado por Telediario, el noticiero de Canal Diez.