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SUSCRIBITELa fiscal Florencia Salas pidió prisión perpetua para el hombre acusado de asesinar a balazos a su expareja, la oficial de la policía Gisel Romina Varela que al momento del femicidio llevaba en la mochila una orden de restricción de acercamiento vigente hacia él.
Sergio Alejandro Cejas (38) está imputado por el crimen de Gisel Romina Varela (33), ocurrido en la mañana del 8 de enero de 2019, mientras la víctima esperaba el colectivo en la parada de colectivos de Alberti y Las Heras para ir a trabajar.
"Pretendemos que el imputado sea condenado a perpetua, que es la pena que corresponde a este tipo de hechos", dijo la fiscal Salas tras su alegato, que duró unos 30 minutos. La sentencia se dará a conocer el próximo jueves a las 11 de la mañana.
"La mató con total impunidad en presencia de varios testigos. Una hora después del hecho fue detenido en Miramar. No fue un caso que nos costó poder establecer quién era el autor del hecho", señaló.
"El portero del edificio donde vivía Gisel estaba al tanto de la violencia de género que sufría e intentaba ayudarla -contó la fiscal Salas-. El femicidio ocurrió a la vuelta del edificio y al encargado le dijeron 'un loco mató a una chica'. El portero declaró en el juicio: 'No tenía dudas que era Gisele Varela, yo sabía que la iba a matar'".
Cejas está imputado por el delito de "homicidio doblemente agravado por el vínculo por mantener una relación de pareja y por haber sido perpetrado por un hombre contra una mujer mediando violencia de género", y es juzgado en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2.
De acuerdo a la instrucción de la causa, el acusado interceptó a la mujer cerca de las 6.45 del día del crimen, en la parada ubicada en Alberti y Las Heras, a metros de la antigua terminal de micros, y tras una discusión, le quitó el arma reglamentaria y le disparó cinco veces.
El hombre escapó en su auto particular, en el que había llegado hasta el lugar minutos antes, y fue detenido pocas horas más tarde mientras caminaba por la vía pública en la localidad vecina de Miramar, tras un llamado telefónico a un familiar en el que avisaba que se quitaría la vida.
El vehículo fue hallado a pocas cuadras del sitio donde se produjo la detención, y tras el registro autorizado por la Justicia de Garantías en el marco de la investigación, en el asiento trasero fue encontrada la pistola reglamentaria Bersa 9 milímetros de la víctima, utilizada para el femicidio.
Varela, madre de una niña con la que vivía en un edificio ubicado a una cuadra y media del lugar del crimen, se desempeñaba como oficial de la Policía Local, y al ser asesinada llevaba en su mochila una copia del oficio librado meses antes por el Juzgado de Familia 4 marplatense, que impedía a Cejas acercarse a menos de 300 metros de ella.
La mujer había denunciado a su ex pareja, quien trabajaba como vigilador en una empresa de transporte de caudales, debido a distintas agresiones sufridas en los casi cuatro años que duró su relación y después de su ruptura.