Juntos por el Cambio se peroniza y lo que viene si Patricia Bullrich no llega al balotaje
El análisis de Javier Calvo sobre la encrucijada de Juntos por el Cambio, que se encuentra en medio de rupturas y caos interno como nunca antes en su historia. Pero que a su vez logra victorias provinciales como no lo hacía una coalición no peronista desde 1983
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Javier Calvo llama "peronización" al proceso que está viviendo la coalición opositora porque, a pesar de las diferencias ideológicas y de enfoque entre sus miembros, Juntos por el Cambio ha entrado en una dinámica de internas, peleas y posibles fracturas que recuerda a la tradicional fragmentación del peronismo después de una derrota electoral.
Juntos por el Cambio se peroniza y lo que viene si Patricia Bullrich no llega al balotaje
La coalición opositora ha logrado ganar una cantidad significativa de gobernaciones, algo que no se veía desde la época de Raúl Alfonsín en 1983, cuando comenzó el retorno democrático. Este aumento en su presencia territorial ha sido una de las señales de esta "peronización", ya que el peronismo solía dividirse internamente después de una derrota electoral.
Los procesos electorales en las provincias argentinas han dejado en evidencia esta división dentro de Juntos por el Cambio. En diferentes distritos del país, hemos visto cómo la coalición se divide entre el PRO y el radicalismo. Ejemplos de esto incluyen Tierra del Fuego, Neuquén, Río Negro y las elecciones recientes en Mendoza.
Mendoza es un caso interesante, ya que fue la única provincia donde alguien de Juntos por el Cambio ganó la elección, a pesar de la división interna. En otras provincias, la coalición enfrentó derrotas electorales, lo que ha acentuado las tensiones entre sus miembros.
En ciudades clave como Ciudad de Buenos Aires y Córdoba, las tensiones han dejado heridas evidentes. En Córdoba, las derrotas electorales tanto a nivel de gobernación como de intendencia han generado conflictos entre el radicalismo y el PRO. En la Ciudad de Buenos Aires, la áspera interna entre Jorge Macri del PRO y Martín Losteau del radicalismo ha dejado pases de factura y grietas que aún no se han sanado por completo.
Otra señal de esta peronización es la formación de una suerte de Liga Federal de gobernadores dentro de Juntos por el Cambio. Esta liga incluye a gobernadores de diferentes orientaciones políticas, como radicales, miembros del PRO y algunos que podrían considerarse peronistas o pseudo peronistas. El futuro de esta alianza dependerá en gran medida de los resultados nacionales y de cómo se alineen después de las elecciones.
Juntos por el Cambio ha logrado ganar elecciones en varias provincias, lo que les otorga un poder territorial significativo que antes no tenían. Esto podría llevar a una mayor presencia de la coalición en el Senado de la Nación, donde históricamente ha enfrentado desafíos.
Sin embargo, no debemos dar por sentado que esta coalición se mantendrá unida. Si Patricia Bullrich no logra llegar al balotaje de noviembre, podrían estallar las tensiones internas y las divisiones podrían profundizarse.
En resumen, Juntos por el Cambio se enfrenta a un momento crucial en su historia. A pesar de unirse en el pasado por el espanto al kirchnerismo, ahora deben lidiar con divisiones internas y la creciente influencia de otras fuerzas políticas, como la liderada por Javier Milei.
Si bien intentan presentarse como una opción de cambio ordenado, su futuro está lejos de estar claro. Si no logran resultados exitosos en las próximas elecciones, podríamos ver una ruptura en la principal coalición opositora de Argentina, alterando el panorama político tal como lo conocemos.