viernes 24 de marzo de 2023

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Sociedad

Alerta por las babosas tóxicas en las playas: las recomendaciones de Salud

Luego de la detección de animales con sospecha de intoxicación por biotoxinas marinas por ingesta de moluscos, principalmente Pleurobranchaea maculata (babosa moteada), emitieron ciertas medidas de prevención.

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La presencia de una babosa tóxica peligrosa para los perros en las playas de la Costa Atlántica generó preocupación. Las biotoxinas marinas son sustancias de diversa composición química, sintetizadas principalmente por organismos marinos unicelulares, y que a través de diferentes mecanismos de acción tienen efectos tóxicos sobre otros seres vivos.

En el caso de animales, como perros que pasean por las playas de la costa marítima, pueden ingerir ciertos invertebrados que fueron arrastrados por las mareas desde el fondo del mar y depositados en las orillas, a veces mezclados entre macroalgas. Esos invertebrados (estrellas de mar, cangrejos, babosas de mar, caracoles, pequeños bivalvos como mejillones o almejas, y otros) pueden contener biotoxinas marinas y ser la causa de cuadros neurotóxicos agudos cuando los animales los ingieren.

Los síntomas y signos de una intoxicación tanto en humanos como animales son muy variables y dependen de la susceptibilidad individual y la cantidad ingerida y requieren un tratamiento de sostén inmediato. En casos graves el comienzo de los síntomas puede ser a los 5 - 10 minutos, aunque normalmente el periodo de latencia es de 30 minutos a 3 horas. Los síntomas más comunes en animales son salivación, vómitos, incoordinación, debilidad muscular en las extremidades, convulsiones, dificultad respiratoria, lo que puede concluir en paro cardiorespiratorio y muerte. En personas, sensación de adormecimiento, hormigueo peribucal y/o en lengua; la evolución puede variar según el tipo de toxina involucrada con parestesias (sensación de hormigueo) generalizadas, cefalea, mareos y parálisis ascendente hasta la parálisis respiratoria y muerte.

Acerca de las biotoxinas marinas

Existen dos grupos de biotoxinas, las producidas por bacterias contaminantes o propias de la flora normal de ciertos peces u otros organismos marinos. Entre ellas se encuentra la Tetrodotoxina (TTX) conocida históricamente por causar graves cuadros de intoxicación alimentaria por consumo de Pez Globo o Fugu. Y las toxinas producidas por ciertas especies de algas microscópicas (fitoplancton tóxico). Estas microalgas tóxicas aparecen en gran número bajo ciertas condiciones ambientales favorables, fenómenos naturales conocidos como Floraciones Algales Nocivas o Mareas rojas. Entre las toxinas de este grupo están aquellas asociadas a los síndromes de intoxicación causados en humanos especialmente debido al consumo de moluscos bivalvos y caracoles de mar, tales como las toxinas paralizantes de los moluscos, también conocidas como Saxitoxinas (STXs).

Ambas biotoxinas son esencialmente neurotóxicas, muy potentes a pequeñas dosis. Aún no existen antídotos y en casos de intoxicación solo pueden aplicarse tratamientos sintomáticos y de sostén.

Cabe mencionar que desde hace varios años se ha detectado el arribo y posterior distribución a lo largo de las Costas Argentinas de un organismo invertebrado, conocido científicamente como Pleurobranchaea maculata (babosa moteada), que es originario de Nueva Zelanda y del sudeste de Australia. Esta babosa es ya considerada una especie invasora y es capaz de almacenar tetradotoxinas (TTX), una toxina que hasta el momento de la aparición de este animal no había sido reportada en Argentina. Cabe aclarar, que esto último no necesariamente implica que no existía TTX en el área, previa a esa primera detección, ya que no hay estudios previos que permitan concluir al respecto. Este molusco mide entre dos y quince centímetros y suele habitar desde la costa hasta unos trescientos metros de profundidad. Como ocurre con los demás organismos de los fondos someros cercanos a la playa, esta babosa, puede aparecer en la orilla de una playa al ser arrastrada por una combinación de vientos, mareas y corrientes que la depositan en la arena o las rocas como parte de un fenómeno común conocido como “arribazones”.

Medidas de prevención

• No recolectar algas, moluscos y/o mariscos en las playas para el consumo familiar o para preparaciones caseras.

• Respetar las disposiciones, ordenanzas y avisos públicos de vedas a la extracción y consumo de moluscos.

• No adquirir ni consumir preparaciones elaboradas con mariscos (conservas, ensaladas, paellas, etc.) en puestos o locales que no tengan habilitación bromatológica.

• Evitar el contacto directo con medusas y/o babosas marinas, en la playa o el mar. En caso de ser observados en la playa, se debe mantener a los niños y mascotas alejados de los mismos.

• Evitar que los niños jueguen y/o consuman accidentalmente moluscos y/o cualquier otro organismo marino presente en la playa. En caso de que así sucediera concurrir rápidamente a una consulta médica.

• Evitar que los perros mastiquen y/o consuman moluscos u otros invertebrados de la playa, los que pueden estar incluso mezclados entre macroalgas. En caso de que así sucediera, extraer de ser posible lo que incorporó en su boca, y concurrir rápidamente a una consulta veterinaria.

• En caso de sospecha de intoxicaciones por biotoxinas marinas, notificar el episodio al área de salud o centro de zoonosis local correspondiente.

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