Por Bárbara Benitez
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El viento de las sierras, el cielo celeste, el silencio de una pandemia que parecía interminable y la libertad dentro de la contradicción de las limitaciones que ésta trajo en 2020, le dio al joven fotógrafo Juanchi Ugalde la intriga de empezar a probar un drone que luego lo llevaría a ser el ojo de más de 20 mil usuarios de Instagram para descubrir su amada Mar del Plata desde el aire.
“La primera vez que volé un drone fue en la calle Cecilia en Sierra de los Padres. En ese momento era pandemia, no se podía salir mucho y tenía que hacer fotos. Recuerdo tener miedo, no sabía muy bien cómo usarlo. Siempre volé y vuelo con precaución”, expresó a Ahora Mar del Plata rememorando el día que, sin intenciones del presente vivido, el artista marplatense daría su primer paso para realizar la actividad que lo apasiona de una forma diferente.
Porque no todo fue inmediato en la vida de Ugalde. Desde los 12 años tomaba fotografías, es decir que el objetivo estaba en claro, pero aun no la identidad ni la forma de cómo realizarlo. Tal es así, que con el tiempo esas fotos estáticas que hacía de marcas o de sociales dejaron de satisfacerlo y en esta búsqueda llegaría el movimiento: “La fotografía pasó de ser mi hobby a mi estilo de vida y trabajo. Toda la vida aposté a mi pasión y en un momento sentí que estaba tercerizando trabajo cuando requería de vuelos aéreos, entonces invertí en un drone que en ese momento era viejito, pero que estaba todavía vigente, y empecé a volar”, declaró.
El volar lo llevó a hallar que había mucho más: “Me encontré desde otro lado con la fotografía. Descubrí la fotografía de paisajes, me encantó y me llenó el corazón”. Allí Juanchi entendió que quería dedicarse al video plenamente y terminó de notar “ que al público le gustaba lo que hacía y me potenciaba a seguir sacando fotos y regalando imágenes que es para lo que estoy vivo”.
Juanchi tiene 29 años y hace tres que crea un contenido único y fresco. Logró darle un tipo de identidad particular a la tan famosa Perla del Atlántico, una identidad que por muchos años fue borrada tanto por una migración constante y la eliminación de estructuras arquitectónicas históricas.
A la hora de consultarle sobre esta habilidad especial, comentó a este medio: “Creo que va de la mano del drone, porque jamás va a estar en el mismo lugar, ya que el cielo y el aire es inmenso. En su capacidad de vuelo puede estar en cualquier tipo de perspectiva diferente, es difícil posicionarlo en el mismo lugar, entonces nunca habrá una foto igual” y agregó: “Creo que también es un poco arriesgar. Cuando empecé volaba muy alto y ahora con esta intención lo hago más bajo, aunque sé que puedo chocar, pero es la forma de encontrar una buena toma. También hay que seguir practicando y nunca dejar de crear. Sé que hay muchas cosas de Mar del Plata que todavía no se vieron y siento que todavía hay mucho que hacer acá. También la comunidad que he creado me demanda mostrar lugares y lo hago por ellos, para agradecerles donde pusieron mis fotos”.
El creador audiovisual filma de día, de noche. Con nubes, con estrellas, con frío o con calor. Constantemente crea unos clips alucinantes para locales y turistas. Elige con gran profesionalismo el audio que acompañará las imágenes de una ciudad que cada día demuestra tenerlo absolutamente todo: “Cuando finalizo una grabación quiero ir corriendo a mi casa para agarrar mi computadora y editar ese material. Me gusta verlo al toque. Y creo que mi personalidad también repercute en la creatividad que tengo, soy bastante ansioso y me cuesta a veces quedarme quieto. Justamente de esas cosas negativas saco esto positivo”.
Por último, se le consultó por su visión sobre el contenido en las plataformas digitales: “No creo que todo el mundo haga lo mismo. Hay muy buenos creadores de contenido en Argentina que no tienen nada que envidarles a los del exterior. Sí en las redes sociales demandan un material profesional en muchos casos, y se ha vuelto muy exigente el público. Me sorprendo día a día con los productos que veo y me parece que vamos por un excelente camino”, cerró.
Tal vez sea la exigencia del público, tal vez sea una ciudad mágica, unos paisajes que atraviesan pantallas, un drone con tecnología insuperable, pero lo que es seguro es que la perseverancia, el arriesgarse a más, esa tarde de pandemia y un artista que cada día sorprende con su obra que da que hablar hace tres años representa a “La Feliz” a nivel nacional y con orgullo marplatense.