El Papa Francisco inició desde las 5.15, hora argentina, la misa de canonización del cura cordobés José Gabriel Brochero, nacido en 1840 y fallecido en 1914. Durante esta calurosa mañana en el Vaticano, se concretó el clima festivo entre los más de 1000 argentinos que llegaron a la capital italiana.
Durante el sábado, se realizó una misa en la iglesia Santa María Addolorata, en la que los argentinos fueron los protagonistas. Durante la vigilia se repasó la vida y obra del cura de Traslasierra y se rezó el rosario. Una imagen de la Virgen del Luján acompañó la espera.
Los dos chicos con los que argumentaron milagros de Brochero estuvieron presentes en la histórica ceremonia: Nicolás Flores llevó las ofrendas y Camila Brusotti saludó a Francisco junto a la postuladora de la causa de canonización, Silvia Correale.
La Congregación para las Causas de los Santos había certificado los milagros que se le atribuyen al cura gaucho en los casos de Nicolás Flores, un chico de 11 meses que había quedado al borde de la muerte tras sufrir un severo accidente de tránsito, y de Camila Brusotti, una nena que se recuperó de lesiones que la habían dejado cerca de la muerte.
Más de mil argentinos ocuparon el centro de la Plaza San Pedro, y se hicieron escuchar. Cuando Francisco nombró a Brochero entre la lista de los beatos, los aplausos no pasaron desapercibidos. Mientras tanto, desde Villa Cura Brochero, en Córdoba, una multitud siguió emocionada la ceremonia en el Vaticano.
Mauricio Macri estuvo presente durante la santificación al cura Brochero. El Presidente salió a la Plaza San Pedro junto a la delegación a las 9.55 hora local. Antes, Macri y Awada, Pfirter y su mujer, De la Sota y su mujer y Schiaretti y su mujer fueron recibidos por Francisco en la Capilla de la Piedad. Junto a la comitiva presidencial, a la izquierda del altar papal y a metros de Francisco, se ubicaron, además del jefe de Estado y su mujer, el gobernador Juan Carlos Schiaretti, su antecesor, José Manuel De la Sota, y Oscar González.