El marplatense Gabriel Mestre asumió este sábado como nuevo arzobispo de La Plata con una multitudinaria y emotiva ceremonia religiosa que presidió en la Catedral de la capital provincial. Reemplazará de Víctor Manuel "Tucho" Fernández, quien dejó su cargo para cumplir nuevas funciones en el Vaticano.
La asunción de Mestre se dio con un marco de público que colmó la nave central del principal templo religioso bonaerense, pero arrancó afuera, sobre la calle 14, cuando el nuevo arzobispo recibió a las autoridades políticas y a los distintos dirigentes que lo acompañaron.
Entre ellos estuvieron el gobernador Axel Kicillof, el intendente de La Plata Julio Garro, el de Ensenada Mario Secco y el de Berisso Fabián Cagliardi. También el ministro de Justicia y candidato a intendente de Unión por la Patria Julio Alak. Y funcionarios municipales y provinciales que siguieron la larga ceremonia.
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La ceremonia de inicio del ministerio pastoral comenzó con una caminata encabezada por el propio Mestre junto a decenas de jóvenes que tocaban la guitarra y cantaban acompañando al religioso en su nuevo camino. A continuación, en las escalinatas de la Catedral de la Inmaculada Concepción, lo recibieron autoridades eclesiásticas, abanderados de los colegios católicos y cadetes del Servicio Penitenciario Bonaerense, junto a los intendentes de los cinco partidos bonaerenses que conforman la arquidiócesis: Berisso, Ensenada, La Plata, Magdalena y Punta Indio. Luego se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino.
"Gracias de corazón, gracias por todo”, dijo Mestre. En otro pasaje de su exposición, hizo un recorrido por sus visitar a la ciudad de las Diagonales y contó que vio a Virus y Soda Stereo en los tradicionales recitales realizados para los aniversarios. “En continuidad con una rica historia eclesial, inicio hoy mi servicio pastoral como arzobispo de La Plata”, expresó.
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Luego, el marplatense propuso tres ejes para reflexionar con los fieles que llenaron la Catedral: amar, conocer y entregar. Sobre el primer verbo destacó su “amor por Jesús” ya que sin ello “nada tiene sentido en la vida de la Iglesia; la fe deja de ser vital y se vuelve ideología. Por eso quiero renovar mi amor a Dios como el elemento esencial para ser imagen del buen pastor para ustedes”.
En relación al segundo punto, el marplatense sostuvo que tiene el gran desafío de conocer “en profundidad” a los cinco partidos que integran la Arquidiócesis, con el deber de ser “padre y pastor”.
“Buscaré, de corazón, escuchar y dialogar con todos y todas. Quiero conocer en profundidad las realidades más visibles y también a los que por diversos motivos no están visibilizados”, declaró en sintonía con lo dicho hace una semana cuando se despidió de Mar del Plata.
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En relación al tercer eje, Mestre aseguró que entregará su vida “como siervo de Dios”. Y remarcó: “Querida iglesia de La Plata, a partir de hoy mi vida les pertenece, es de ustedes”.
Bajo el lema “Cristo es nuestra paz”, el arzobispo manifestó que buscará con todos los sectores políticos “una patria más justa y más fraterna, en el camino del bien común y la justicia social, superando toda grieta”.
Por último, Mestre se refirió a Mar del Plata: “es y será siempre mi diócesis materna. Como laico, presbítero y obispo. La diócesis materna es como la madre, aunque no esté presente físicamente, siempre se la ama y nunca se la puede olvidar”, finalizó.
Mestre tiene 55 años recién cumplidos, ya que nació el 15 de septiembre de 1968 y fue ordenado como sacerdote a los 29 años, el 16 de mayo de 1997 por monseñor José María Arancedo, por entonces obispo de esa ciudad balnearia. Se licenció en Teología, con especialización en Sagrada Escritura, por la Universidad Católica Argentina. Fue elegido para ser obispo de Mar del Plata por el papa Francisco, y fue ordenado como tal en agosto de 2017, en la catedral de los Santos Pedro y Cecilia.