Por Bárbara Benitez
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Sola en el silencio de la noche. Sola en una ciudad costera, lejos de su hogar. Sola en un país latino. Sola, cortando el silencio con un grito, que luego traería a la vida a un niño sin fronteras. Un niño viajero. Un niño refugiado. Un niño ruso, pero nacido en tierras argentinas, precisamente, en Mar del Plata.
Desde que Ucrania se independizó en 1991, los vínculos con Rusia nunca fueron los mejores. Para 2014, se iniciaron nuevos conflictos violentos que nunca cesaron, y que, además, llevaron a la invasión del actual Gobierno ruso, liderado por Vladímir Putin, el 24 de febrero de 2022. Desde ese día y hasta la actualidad, infinidad de rusos y ucranianos han escapado de sus casas para poder rehacer sus vidas. Y allí, Argentina ha sido un punto de escape, como lo fue en la Revolución Soviética, y en la primera y segunda Guerra Mundial.
Aquella mujer dio a luz como tantas otras futuras madres que venían al país embarazadas, para poder conseguir los documentos que les permitieran refugiarse. El cónsul Honorario de la Federación de Rusia en Mar del Plata y arquitecto, Jorge Kuznetzov, comentó a este medio: “Actualmente se descubrió este sistema de radicación de las familias, pero no es algo nuevo. Este caso ocurrió en 2018. Ella estaba sola, viajó aquí desde Rusia. De esta forma descubrimos que venían a Argentina a tener a sus hijos”.
Además, remarcó: “Esto se acrecentó mucho más por la operación militar que está haciendo Rusia en Ucrania. No tenemos los datos precisos, pero sabemos que vienen con una situación de parto avanzando”.
El tiempo pasa y las familias siguen llegando a la ciudad. Paralelamente los bombardeos continúan, Putin visita impunemente Ucrania y tiene una lista de más de 123 países (incluido Argentina) donde no puede ingresar o será arrestado.
Kuznetzov, también refugiado, declaró a Ahora Mar del Plata: “Nosotros aquí somos inmigrantes que venimos a vivir en paz y tranquilidad. En mi caso particular somos refugiados y vinimos mediante la Cruz Roja Internacional” y agregó que el mensaje que quieren dar en base a lo que han vivido es el de “vivir en armonía. Queremos que las personas que vengan a la República Argentina no lo hagan trayendo conflictos. Que los dejen allá y los resuelvan quienes los están creando. Que vengan para sembrar su trabajo en este país”.
Según Kuznetzov “la comunidad rusa en Mar del Plata comenzó a formarse hace mucho tiempo. Ya para 1918 llegó la primera familia. Ellos vinieron a trabajar, construyeron casas y posteriormente llegaron cada vez más, algunos de forma temporaria y otro a radicarse. Algunos instalaron sus fábricas de pescado en 1921. Mucha gente trascendió en el campo de la cultura”.
Rusos, bielorrusos y ucranianos llegan a la Perla del Atlántico a buscar desde el siglo pasado un lugar que los acobije ante tanta incertidumbre. Lo que ocurre desde 2022 lamentablemente no es algo nuevo para un pueblo sin paz y búsqueda constante de tranquilidad. Respecto a esto y su ubicación en la ciudad balnearia el Cónsul comentó: “En un principio quienes venían de la Unión Soviética se instalaban en toda la ciudad” y agregó: “Algunos llegaron a vivir por la zona de la Catedral. Las generaciones posteriores sí vieron al sur de la ciudad un lugar para estar cerca del océano y de esta forma vincularse con su trabajo. En la mayoría es el puerto”.
Y clarificó: “En su momento los rusos, bielorrusos y ucranianos venían acá con el pasaporte de la Unión Soviética. Por este motivo, no podemos decir que eran todos rusos propiamente dicho”.
Aunque la comunidad esta hace años en Mar del Plata muchos la conocieron a raíz de la guerra y otros por su pintoresca Iglesia ubicada en Abigail P. Borthaburu 5007 en el barrio El Alfar. En el templo denominado Los Santos Mártires Reales pueden asistir rusos parlantes cómo también locales y turistas.
“La comunidad está abierta y tiene todo tipo de actividades. En la iglesia pueden encontrarse con bautismos, casamientos y misas. Además, fue declarada de interés turístico y de esta forma muchas personas vienen a visitarnos. Les brindamos un té y comida. Luego utilizamos lo recaudado para toda la comunidad Ruso Parlante”, mencionó Kuznetzov.
Mientras Putin se reúne con líderes chinos; mientras Ucrania es destrozada y las lágrimas se derraman hace más de un año; mientras una mujer tiene un hijo al otro lado del mundo en el silencio de una fría noche marplatense, un pueblo sin paz que elije creer, intenta progresar en tierras lejanas: “Vienen a la ciudad con mucha información, muy pocos acuden al consulado. Esto comenzó a repetirse paulatinamente a medida que ocurrían diferentes hechos en el mundo”, cerró.
Fotografía: gentileza del Consulado Ruso