lunes 25 de marzo de 2024

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salud

Un estudio respalda el tratamiento con testosterona para la andropausia

La terapia es indicada en hombres con hipogonadismo, que causa disfunción sexual. El descenso de los niveles de testosterona asociado a la edad no se da en todos los hombres

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Los hombres con hipogonadismo asociado al envejecimiento, más conocido como andropausia pueden experimentar síntomas como baja del deseo sexual, disfunción eréctil, debilidad ósea y muscular.

El tratamiento estándar en esos casos es la terapia de reemplazo de testosterona (TRT) que, pese a ser ampliamente utilizada, carga con cierta incertidumbre vinculada a su seguridad cardiovascular. Ahora, la revisión de estudios más completa hasta la fecha brinda tranquilidad en ese sentido, según publicó Clarín.

Los hallazgos revelados en The Lancet Healthy Longevity y presentados en paralelo en ENDO 2022 (el congreso de endocrinología más importante del mundo), sugieren que los varones que reciben testosterona para el hipogonadismo no tienen mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular (ACV) u otros eventos cardiovasculares a corto o mediano plazo en comparación con aquellos que no son tratados con TRT.

"La prescripción mundial de testosterona para el hipogonadismo está aumentando, sin embargo, los mensajes contradictorios sobre su seguridad pueden haber llevado a muchos pacientes a no recibir el tratamiento", comentó Jemma Hudson, autora principal del trabajo.

La investigación fue dirigida por la Universidad de Aberdeen y el Imperial College London, en colaboración con varias universidades del mundo, y financiada por el Programa de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (NIHR) del Reino Unido.

"Los estudios en curso deberían ayudar a determinar la seguridad a largo plazo de la testosterona pero, mientras tanto, nuestros resultados brindan la tranquilidad necesaria sobre su seguridad a corto y mediano plazo", continuó Hudson.

Y afirmó que los hallazgos obtenidos "podrían tener implicaciones importantes para el tratamiento de hombres con hipogonadismo en todo el mundo".

"En adultos, el hipogonadismo masculino es el descenso de testosterona por debajo de niveles normales, que determina alteraciones o síntomas que tienen que ver con la esfera sexual, pérdida de masa ósea, debilidad muscular y también puede reducir la calidad de vida", dijo Pablo Costanzo, médico del Servicio de Endocrinología, Metabolismo y Medicina Nuclear del Hospital Italiano y jefe de sección de Andrología.

Hay también hipogonadismos de causa genética que ocurren en niños y adolescentes, vinculados síndromes específicos (como Kallman y Klinefelter) o al mal descenso testicular, entre otras causas.

En ellos no se pone en duda el tratamiento con testosterona, como tampoco en el caso de varones con tumores cerebrales o hipofisiarios que pueden alterar el eje que controla la producción de la hormona, o en quienes deban someterse a tratamientos oncológicos que pueden afectar la función testicular.

"El tratamiento está discutido en varones mayores que tienen un descenso de testosterona por la edad o por causas secundarias, como por ejemplo la diabetes o la obesidad", planteó Costanzo. A ese tipo de hipogonadismo se lo conoce como andropausia o hipogonadismo de inicio tardío.

Andropausia: frecuencia y síntomas

"En mayores existe una una disminución de testosterona de 1 al 2% por año después de los 40", precisa el médico y aclara que la diferencia con la menopausia es que, si bien todas las mujeres experimentan el descenso en la producción de hormonas femeninas (estrógeno y progesterona) entre los 40 y los 50 años, no todos los hombres sufren caídas en sus niveles de testosterona por debajo de lo normal.

Es que aunque los niveles medios de testosterona disminuyen con la edad, existe una variación individual significativa. De hecho, algunos varones de 80 años pueden presentar niveles de testosterona que se hallan dentro de los valores normales para adultos jóvenes.

"La andropausia ocurre en aproximadamente un 5% a 20% de los mayores de 50 años", señala Costanzo. Recientes trabajos han demostrado que la prevalencia de hipogonadismo es de aproximadamente 10% en los hombres a los 50 años, de 30% a los 60, de 70% a los 70 y de 90% a los 80.

Los síntomas principales por los que consultan los varones con andropausia son descenso o disminución del deseo sexual o por disfunción eréctil. También por la detección de baja masa ósea, o porque tienen anemia de origen inexplicable.

"En estos casos de pacientes que tienen fundamentalmente síntomas sexuales, uno evalúa los niveles de testosterona y, si están bajos, se puede plantear un tratamiento con testosterona", explica Costanzo. En Argentina, está disponible para su administración por vía intramuscular o transdérmica (en gel).

"Nosotros tenemos una consulta de pacientes que está por debajo de lo esperado y esto es porque no hay suficiente concientización de que este problema existe y muchas veces los hombres no saben a quién concurrir", señala y alienta a los varones con síntomas de hipogonadismo a consultar a especialistas en endocrinología y/o andrología.

Qué dice la mayor revisión de estudios

El estudio publicado este mes en The Lancet Healthy Longevity fue bien recibido por los profesionales de la salud que habitualmente indican la TRT en hombres con andropausia porque brinda tranquilidad respecto de ciertas dudas vinculadas a la seguridad cardiovascular que, según Costanzo, surgían de trabajos que no habían sido bien diseñados desde el punto de vista metodológico.

La nueva investigación es un metaanálisis que reúne datos de 17 estudios en los que fueron evaluados más de 3400 pacientes con hipogonadismo: alrededor de la mitad recibió terapia de reemplazo de testosterona y el resto placebo (una sustancia sin efecto a nivel farmacológico).

Tras un seguimiento medio de 9,5 meses, no hubo diferencias significativas en el riesgo cardiovascular ni en la mortalidad entre ambos grupos, ni siquiera en quienes presentaban obesidad, diabetes o antecedentes de eventos cardiovasculares.

"Encontraron que el tratamiento con testosterona en el corto y mediano plazo no aumentaba el riesgo cardiovascular, lo que da una cierta tranquilidad en la práctica clínica", comentó a Clarín Costanzo desde Atlanta (Estados Unidos), tras asistir a la presentación de los resultados en el congreso ENDO.

"En realidad, los que estamos acostumbrados a recetar testosterona teníamos ya esa tranquilidad por la evidencia de trabajos anteriores que muestran que los pacientes con testosterona baja tienen mayor riesgo cardiovascular y cuando uno los suplementa ese riesgo no aumenta, sino que disminuye", dijo.

¿Por qué? La razón es que, entre otras cosas, "la testosterona lo que hace es mejorar el perfil metabólico al favorecer la producción de masa magra y disminuir la de masa grasa. Esto hace que mejore la glucemia y que los pacientes tengan menor riesgo cardiovascular".

Y añadió que otro de los hallazgos del trabajo es que la TRT contribuyó al descenso de los valores de triglicéridos y de colesterol total, dos factores importantes para la salud cardiovascular.

Los autores de la revisión, no obstante, no registraron diferencias significativas en la presión arterial ni los parámetros glucémicos entre ambos grupos.

La seguridad a largo plazo del tratamiento con testosterona se está investigando en otro ensayo clínico que se encuentra en curso.

Riesgos y beneficios

Costanzo, integrante del departamento de Andrología de la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo (SAEM), explicó que está demostrado que el tratamiento con testosterona en varones con andropausia mejora su performance sexual (deseo y erecciones) y, según algunos trabajos, la masa ósea, la fuerza muscular y el perfil metabólico.

"Con respecto a los riesgos, siempre que uno indica tratamiento con testosterona tiene que monitorear el hematocrito, porque aunque es un punto controvertido, hay trabajos que demuestran un aumento de la trombosis", planteó.

No obstante, pese a que el reciente metaanálisis no halló que la TRT se asociara con un mayor riesgo de tromboembolismo, ni de ataques cardíacos o cerebrales, en quienes tuvieron un evento cardiovascular reciente se debe esperar unos meses para prescribir el tratamiento, sugirió Costanzo.

Asimismo, antes de indicar la terapia se debe descartar que el paciente tenga cáncer de próstata. "No está demostrado que el tratamiento con testosterona aumente el riesgo de desarrollarlo, pero sí en quien ya tiene cáncer hay riesgo de que aumente su tamaño o empeore."

Por eso, se requiere siempre una evaluación urológica previa y monitoreo profesional exhaustivo.

Mal uso, abuso y "chip sexual"

¿Por qué es clave la supervisión médica? "Primero para establecer un buen diagnóstico (el paciente debe tener síntomas y se debe confirmar el hipogonadismo a través de una evaluación bioquímica), para evaluar los riesgos y beneficios y hacer un seguimiento correcto", precisó Costanzo.

Además, aclaró que el tratamiento con testosterona tiene indicaciones específicas. "No es un tratamiento para mejorar la salud sexual de pacientes que tienen testosterona normal."

Es que así como los valores bajos de testosterona se asocian con problemas, niveles por encima de lo normal tampoco son deseables.

En ese sentido, alertó por el abuso de andrógenos con fines este estéticos, o el uso inapropiado que se hace en los gimnasios para aumentar la masa y la fuerza muscular. "En estos casos se usan dosis suprafisiológicas de testosterona que pueden determinar un aumento de riesgo cardiovascular", dijo.

Ese "abuso y mal uso de la testosterona" también se observa con los pellets de testosterona, más conocidos como "chips sexuales", que suelen promocionar famosos y famosas.

"No están aprobados por ninguna agencia y no existen trabajos publicados que demuestren su efectividad, muchas veces ni siquiera se sabe qué es lo que contienen estos chips que aumentan los niveles de testosterona por encima de lo normal y a largo plazo pueden ser perjudiciales para la salud", concluyó.

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