Sorpresiva presencia de elefantes marinos en El Torreón del Monje y Escollera Sur
Se trata de una especie con excepcionales presencias en estas playas. Llegan desde la Patagonia. Este año las crías tuvieron un alto índice de mortalidad como consecuencia de la gripe aviar que afecta a estos animales y lobos marinos. Los aquí detectados no presentaban problemas de salud.
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Un elefante marino sorprendió este fin de semana largo en espacios interiores del balneario El Torreón del Monje y otro fue avistado en una playa próxima a la Escollera Sur, situaciones que llaman la atención por la escasa presencia que tiene la especie en esta zona y el impacto que este año tuvo sobre sus crías la gripe aviar.
La información llegó pronto a los especialistas de la Universidad Nacional de Mar del Plata que pronto registraron fotografías y videos de estos animales, situación que les permitió constatar que no presentaban problemas de salud y que las escalas se deberían exclusivamente a paradas de descanso en su recorrido por estas costas.
Diego Rodríguez, parte de los profesionales que integran el Grupo de Investigación Biología, Ecología y Conservación de Mamíferos Marinos que depende de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas local, puntualizó que uno de los elefantes marinos, de casi 2,5 metros, corresponde a la familia de las focas (Familia Phocidae). “Es el más grande de los pinnípedos -grupo que incluye a focas, morsas y lobos marinos-, siendo los machos adultos casi cinco veces más pesados que las hembras y con una marcada proboscis o trompa, que da origen a su nombre común”, explicó.
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En cuanto a la sorpresa que se llevó el personal del balneario El Torreón del Monje se pudo determinar que era una hembra juvenil de aproximadamente 1,5 metros de longitud. “Ambos presentaban una buena condición corporal y signos de estar en proceso de muda de su pelaje, con numerosas marcas por todo el cuerpo, que dan cuenta de este proceso”, señaló Rodríguez.
El ciclo de vida anual del elefante marino del sur adulto comprende dos etapas terrestres: una dedicada a la muda (diciembre a febrero) y otra a la reproducción (septiembre y octubre), alternadas con dos etapas de alimentación en mar abierto. Los juveniles realizan la muda anual entre noviembre y diciembre y luego “tienen una etapa facultativa de descanso en tierra, que puede incluir una o más visitas a la costa sin una función específica”.
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La mayor presencia de esta especie se advierte en Península Valdés, provincia de Chubut, con unos 18.000 cachorros por año al cabo de cada período de reproducción. “Sin embargo, a partir de agosto de 2023, con la diseminación del virus de influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) desde Tierra del Fuego hacia el norte, se han reducido los avistamientos de elefantes en nuestra región”, aclaró Rodríguez y destacó que como consecuencia de la gripe aviar que afecta a mamíferos marinos murieron entre 56 y 74% de las crías de este año.